domingo, 3 de noviembre de 2024

Señora del 4 PB:

 

en potencia

se cree

bondadosa. pero 

la moral es confusa

y las acciones 

malas

son buenas 

para otros 

en otros

lugares 

en otros

tiempos.

Recuerde:

la queja no 

resuelve

nada

de nada

e igual camina 

a extinguirse.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El poeta

En mi casa vivía un poeta.


   Quienes debían cuidarnos

      le armaron una habitación

         en un ambiente central.


El poeta se quedó

   casi hasta el final

      de la tormenta.


         Hoy vive dentro mío.


      Lo alimento de recuerdos

         y extrañeza.

sábado, 26 de octubre de 2024

Yo


Tranquilo, nadie te escucha

ni la gente cercana, del todo


y cuando dicen que sí

escuchan lo que quieren.


relajate, ponete cómodo

nadie te lee, nadie

te presta mucha atención


-ni todas las personas reunidas

que dijeron venir a verte-

y si parece que sí


los que no te conocen tanto

probablemente necesiten

algo parecido de tu parte


o esperan el turno de su protagonismo.


Nada de esto debería preocuparte.

Nada de esto debería entristecerte.

Busca darte liviandad.




jueves, 24 de octubre de 2024

Tía estándar


Tengo una tía estándar.

Su ideología, su vestimenta


su rutina, su destino

en vacaciones


todo en ella es genérico.

Tomar unos mates con ella


es como ver el noticiero, y

si se pudieran hacer encuestas


de mediano o amplio alcance

consultando cada decisión que toma


siempre la suya sería la más elegida.

Algunas veces yo tengo insomnio


pero ella duerme bien todas las noches

aunque no sueñe casi nunca


entre las paredes de su refugio:

marido, religión, la vida de sus hijos.



Igual no es mala, ojo: es estándar.

Ustedes digan qué prefieren.


No hay un rastro de singularidad en sus palabras.

No hay un solo impulso


por alejarse

y ver las cosas unos metros más allá.


Pero ella está tranquila, libre de angustia

o crisis existenciales.


¿Quién firma?



¿Sabrá que la muerte también tiene una mirada para ella?



Y todos tenemos cerca una tía estándar.


Démosles atención. Sus votos cuentan

y son empecinadas, porque notan nuestro desdén.


Terminan decidiendo nuestras vidas, qué arreglo

hacer primero en el consorcio del edificio


actividades en los actos de las escuelas de tus hijos

inclinan las balanzas, eligen presidentes, devalúan la moneda


determinan el inicio y el final de las guerras

-las tías del primer mundo-


el lugar de encuentro de las cenas navideñas

o la edad de imputabilidad


de nuestros corazones.

Si tan solo pudiéramos sacar el suyo


ponerlo en la mesa y a fuerza de preguntas

customizarlo un poco.


Una militancia valiosa.







 

miércoles, 9 de octubre de 2024

Acceso Oeste


Medito sobre el pavimento

alejándome de casa 

y del Sol de la mañana 

hasta que al fin aparece

naranja en el espejo

cuando ya la mayoría va

atascada en el otro sentido.


La procesión masiva

de decisiones pasadas

yendo en coche al muere

diariamente.


Todas las semanas

algún perro en la banquina

se desangra,

sus tripas se secan al Sol 

del mediodía hasta pudrirse

y el olor a pestilencia 

entrando por los filtros

me lleva a pensar 

el verso de un poema

sobre el hedor del deseo estanco.


Del deseo también

esquivo tomo distancia

algunas veces sin querer

de la gente, del presente 

de lo que me compone;

aunque el tema no es tanto 

ese vaivén sino captar

cómo, cuándo y qué.


El Sol del regreso

me agarra cansado.

Si recuerdo que no controlo

la imagen que recortan 

de mí los demás, me tranquilizo.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Máquinas de escribir

 


me quedé dormido escuchando


a un escritor admirado


por mí y por varios quizás


por todo un continente


que encontró sus puertas


y comencé a soñar con otro 


desconocido que habla


de sus primeras escrituras


y de su novia también 


primera que lo alienta 


a escribir con gestos de amor


-como riego de un brote


que sólo ella observa-



Abro los ojos en la madrugada


el escritor desconocido


es el que responde las preguntas.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Episodio


¡Qué alevoso! pienso

cómo fui a perderme así 

llegar al punto de tirar las cosas 

macetas varias por el balcón

«¡qué puntería!»

a los carteles hasta llamar

la atención de la cuadra 

-porque decir boludeces verborrágico

vaya y pase. ¿Quién no alguna vez?-

y que después llegue la familia

que bastante curada de espanto

está desde siempre y no por mí 

fueron bastantes

que ni se imagina

todo este pueblo muerto

ni tienen porqué.


¿O no familia? ¿no es un poco así?

es la forma de pararnos que armamos

con lo que estuvo a mano 

pero que igual elegimos y nos enorgullece

como también ahora se elige 

el silencio y la risa 

hacia adentro.


Una más, una anécdota menor.


Y que después llegue la ambulancia

y el enfermero de guardia

ofrezca inyectarme 

una aguja para bajar

un par de decibeles.

¡Ni en pedo! Las pastillas 

o bajo solito, como pueda

porque pasado de rosca coincido 

pero ojo 

con la mente prendida.


Y si hubieran estado dentro 

cuando se cruzó el umbral

no sé si les daría miedo

o se deslumbrarían.