Todos los relojes
se quedaron sin pila, pero
no importa
mis horas
dependen ahora
de su presencia
que ronda
cada rincón de la casa
día y noche duelo
querer que se consuma
lo impostergable.
Afuera
en el parque
las rosas soportan
el invierno
y sobra la humedad
que falta en mis ojos.
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