domingo, 1 de noviembre de 2015

Tres minutos

Sincronizo mi reloj
tres minutos antes
del tiempo convenido.

necesito ese intervalo,

como mínimo,

entre lo que se dice

el mundo
             y mi mente;

pretendo conciliar así

la inercia
         en mi pensar

y el horario

de los trenes

que me llevan

       hacia el centro.

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